La sífilis es una infección bacteriana que ha acompañado a la humanidad desde que existe. Se transmite por vía sexual, pero también puede pasar de la madre al bebé durante el parto. La mayoría de las personas notan una lesión o llaga en el lugar de la infección (normalmente el pene, la vagina o el ano, pero puede aparecer en otros lugares) unas 2-6 semanas después de haberse infectado. Puede producir picor o irritación, pero no siempre. En cualquier caso, siempre que aparezca una nueva llaga en los genitales, o en cualquier otro lugar, que creas que puede estar relacionada con tu actividad sexual, acude a tu médico o a tu centro de salud sexual.
La sífilis puede tratarse y curarse con antibióticos mediante inyecciones que deben ser administradas por un médico o una enfermera. Es mucho más fácil de tratar si se detecta pronto. Millones de personas se infectan de sífilis cada año en todo el mundo, así que no dudes en acudir a una clínica si crees que puede haber algún problema. Te harán un análisis de sangre, que puede tardar unos días en procesarse.
Si no se trata la sífilis, puede evolucionar a una enfermedad mucho más grave, por lo que es mejor someterse a una revisión lo antes posible.